



Lo que creen en el extranjero: Alemania es el país de las autovías. Allí puedes ir a la velocidad que quieras.
La realidad: alrededor de un 70% de las autovías alemanas no tienen límite de velocidad, pero están a menudo tan saturadas de vehículos que se establece un límite de velocidad sistemático y, por lo tanto, el rápido estilo de conducción de los alemanes se «frena». Causa frecuente: atascos o retenciones. En 2016 se registraron alrededor de 419.000 horas de atascos – una tendencia al alza.






Lo que creen en el extranjero: los italianos son agresivos e impacientes.
La realidad: el 71% de los italianos lo confirma en una encuesta del instituto demoscópico Ipsos sobre el estilo de conducción en Italia: ¡es cierto! Pero por supuesto que son siempre solo los otros conductores. Pues los italianos se dieron a sí mismos un 8 de nota media |






Lo que creen en el extranjero: los suizos son igual de precisos al conducir que un reloj suizo.
La realidad: en lo que respecta al límite de velocidad, sí que lo cumplen con absoluta precisión. Porque quien exceda en la autovía el máximo permitido de 120 km/h en 25 km/h está cometiendo una infracción. Además, la cuantía de la multa varía en función del nivel de ingresos del conductor. En 2010 el radar fotografió un sueco a una velocidad de 290 km/h y tuvo que pagar por ello unos nada desdeñables 782.000 euros. |






Lo que creen en el extranjero: los noruegos son tolerantes, relajados, buena gente, como todos en Escandinavia.
La realidad: nadie en Noruega lo contradiría. Solo son profundamente intolerantes con el tema del tabaco. De la ley antitabaco ni siquiera se libran los conductores que fumen en el vehículo particular – si te pillan con un cigarrillo dentro del casco urbano prepárate a pagar una multa de 175 euros. Para introducir la ley se puso en marcha además una campaña publicitaría con el lema: «lo único que se ahúma aquí es el salmón». Los noruegos sí que saben de buen humor. |





Lo que creen en el extranjero: el salvaje Oeste en las calles del Este.
La realidad: tomemos Moscú como ejemplo. Una megaciudad de varios millones. Con muchísimo tráfico. Sobre todo en hora punta. Por supuesto que se pone la cosa complicada. Pero en cuanto ocurre un accidente con daños materiales, las partes implicadas deben esperar a la policía y no pueden mover sus vehículos del lugar exacto del accidente incluso con riesgo de atasco. Y es que encubrir las circunstancias del accidente es una infracción sancionable. Ahí sí que se puede hablar de orden. |






Lo que creen en el extranjero: las vacas se plantan en la carretera y no se pueden espantar ni por supuesto atropellar.
La realidad: ¡así es! Las vacas son sagradas para los hindúes. Pero India tampoco se ha quedado anclada en el pasado. Las vacas que pasean a sus anchas por la capital, Delhi, están ya dotadas de microchips para poder localizar su ubicación. En caso de atropellar una vaca en una autovía de peaje (sí, allí también hay vacas), las empresas operadoras debe asumir los gastos del veterinario y el transporte.





Lo que creen en el extranjero: los estadounidenses conducen siempre camionetas gigantes que gastan mucha gasolina.
La realidad: quizás era así antes. En realidad en EE. UU. también ha habido una gran concienciación sobre el medio ambiente y la sostenibilidad. Ya se han aprobado leyes que se lo pondrán bastante difícil en el futuro a los vehículos con motores grandes mediante restricciones. Como muy tarde en 2025, los vehículos solo podrán tener un consumo de combustible máximo de 4,3 litros/100 kilómetros. El auge del mercado de vehículos eléctricos pone de manifiesto hasta que punto se implican los estadounidenses. Con más de 130.000 vehículos vendidos solo en 2016, el volumen de ventas ha crecido un 33% con respecto al año anterior según las estadísticas de matriculaciones.


Vacas en la autovía, carreteras sin límite de velocidad o salmón ahumado – para hacerse una idea real de cómo se conduce en otras partes del mundo hay una única solución: ir y conducir allí. Esa es la mejor parte. ¡Buen viaje!