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Para algunos coches, llegar al centro de reciclaje significa que se han hecho viejos y que su vida está a punto de acabar. Pero no para mí: yo soy un prototipo de BMW iX1. Si alguien no sabe qué significa esto, puede verlo así: soy una especie de pionero. Soy una versión previa a la producción en serie, un vehículo fabricado para identificar posibles problemas antes de que el modelo salga a la venta. Una vez cumplido este cometido me encuentro aquí, prácticamente nuevo y con muchas ganas de dar el siguiente paso. De hecho, ya había estado aquí antes. Bueno, al menos, algunas de mis piezas. Incluso ahora, los vehículos BMW se fabrican con hasta un treinta por ciento de materiales reciclados y reutilizados. Eso explica por qué aquí me siento como en casa.
Siempre logramos identificar partes del vehículo que quizá no sean tan buenas como podrían ser. Y se lo comunicamos a la empresa con el fin de mejorar el producto final.
Head of the BMW Group Recycling and Dismantling Center de BMW Group en Unterschleißheim
El proceso de reciclaje consiste en cerrar el ciclo de los materiales, preservar los recursos y reutilizarlos de un modo más eficiente. Todo el personal de este centro de desguace y reciclaje trabaja en el desarrollo de nuevas soluciones que ayuden a maximizar las tasas de reciclaje en el futuro, entre ellos, Alexander Schüll, Head of the BMW Group Recycling and Dismantling Center de BMW Group en Unterschleißheim. Con este objetivo en mente, aquí es donde empieza el proceso de reciclaje para mí y los demás vehículos BMW.
Cuando llegamos a este centro, el primer paso es la recepción. Aquí es donde se expide el certificado de destrucción, necesario para la baja definitiva del vehículo en la oficina de registro. Para mí y los demás vehículos BMW listos para pasar a la siguiente etapa de nuestras vidas, aquí es donde comienza oficialmente un nuevo capítulo.
Durante el papeleo, me he dado cuenta de que hay una estrella de cine entre nosotros. ¡Qué emocionante! Es un vehículo BMW especialmente modificado para el set de rodaje. Por si alguien no lo sabe, BMW Group lleva fabricando vehículos para superproducciones como la franquicia Misión: Imposible desde 2011. Cuando terminó el rodaje, este BMW superstar fue traído aquí y acabará reciclado casi en un 95 por cien. ¡Qué vida tan llena de acción! Quién sabe, a lo mejor yo también soy una estrella de cine en mi próxima vida (➜ Leer más: Dos personajes de Múnich en Hollywood).
Primero retiramos el pack de baterías y lo preparamos para el reciclaje. Luego desguazamos el resto del vehículo, componente a componente, para poder identificar las distintas piezas del vehículo a fin de revenderlas.
Head of the BMW Group Recycling and Dismantling Center de BMW Group en Unterschleißheim
Lo que forma parte del ciclo de vida de un vehículo debe permanecer dentro del ciclo el mayor tiempo posible. Aquí nos preparan para un proceso seguro; para empezar, la batería. En esta estación de trabajo, por ejemplo, se extraen el refrigerante del sistema de aire acondicionado y el líquido de frenos, se drena el agua de refrigeración y el aceite del motor y de la transmisión, y se bombea el combustible utilizando una unidad de extracción especial que lleva un taladro integrado. Una vez hecho esto, todos nos sentimos mucho más ligeros y relajados.
Durante el desguace, las piezas se desmontan para su reutilización y para el reciclaje de los materiales. Eso también incluye el suprarreciclaje y el infrarreciclaje. Los metales preciosos del catalizador y otros materiales valiosos se reciclan en un proceso separado. El suprarreciclaje consiste en transformar un desecho en un producto de mayor valor, mientras que el infrarreciclaje consiste en transformar un desecho en un producto de menor valor. Francamente, me conformo con que la mayoría de mis piezas se queden dentro del ciclo y encuentren un nuevo propósito en la vida.
Todos y cada uno de los vehículos que BMW desea poner sobre el asfalto durante los próximos años tienen que ser reciclables al menos en un 95 por cien.
Head of the BMW Group Recycling and Dismantling Center de BMW Group en Unterschleißheim
Bueno, esta es la parte en la que quizá algunos piensen primero al oír la palabra reciclaje: aplastar coches viejos. Si lo planteamos así, hasta esa estrella del cine de acción podría asustarse un poco. Pero yo no. Aquí, los restos de la carrocería de los vehículos BMW se prensan en un compactador. Evidentemente, la idea de que te trituren hasta hacerte pedazos puede resultar aterradora. Sin embargo, teniendo en cuenta que mi nueva vida comenzará después de esta operación, a mí me parece muy reconfortante. Al final de este proceso, todos los fragmentos que quedan en el vehículo pueden separarse para que cada uno empiece una nueva vida. Los plásticos, los tejidos, el hierro y los metales no ferrosos se reciclan. Tal vez acaben convertidos en un frigorífico, en una lata o incluso en un BMW nuevo. La vida está llena de sorpresas, y ahí reside su encanto.
Esto no es el final. Ni de lejos. Solo es el principio de un nuevo ciclo de vida. Como he dicho, ya estuve aquí antes. Y estoy seguro de que volveré una y otra vez. Mi ciclo de vida se ha diseñado y optimizado con sumo cuidado para preservar recursos y proteger el medio ambiente. Cada paso del camino desde la primera idea de diseño hasta esta parada en el centro de reciclaje (➜ Leer más: Materiales sostenibles). Así es como funciona la circularidad (➜ Leer más: Énfasis en la economía circular). Es un ecosistema para la vida que nos permite vivir en armonía con nuestro planeta. Da igual si acabo en un set de rodaje convertido en un nuevo BMW o en una cocina en forma de frigorífico: sea cual sea mi próximo viaje, me siento bien sabiendo que hay gente esforzándose al máximo para que sea lo más sostenible posible.
Autor: Narges Derakhshan; Art: Verena Aichinger; Lucas Lemuth; Ilustraciónes: Annu Kilpeläinen