Al hablar de productos reciclados, nos vienen a la cabeza más bien papel áspero o sillas de plástico robustas y no tanto accesorios de lujo. Sin embargo, mediante la reutilización de residuos y desechos en el diseño de productos podemos revalorizar las materias primas que contienen. La clave es el upcycling.
Las diseñadoras berlinesas Rasa Weber y Essi Glomb trabajan desde hace años con productos sostenibles. En su estudio de diseño Blond & Bieber han desarrollado tintes para textiles respetuosos con el medio ambiente obtenidos a partir de microalgas.
Más allá de la moda sostenible, Rasa Weber y Essi Gomb hacen de puente entre la ciencia y la creatividad. «Estamos interesadas en nuevos procesos de producción de materiales sostenibles que miren al futuro», afirma Essi Glomb. Esto las convierte en las guías ideales para recorrer Berlín y visitar a tres diseñadores. Han contribuido al tema del reciclaje y upcycling con ideas de productos y materiales, tanto sostenibles como impresionantes, que BMW Lifestyle ha seleccionado para su i Collection.
Rasa Weber y Essi Glomb se decantan por un BMW i3 como vehículo para su ruta. BMW i no es solo una apuesta por la movilidad eléctrica, sino que la sostenibilidad juega también un papel preponderante, sobre todo en lo relativo a los materiales. Por esto, el cuero del interior se curte de manera respetuosa con el medio ambiente gracias a un extracto de hojas de olivo. Y, por último, es posible reciclar hasta un 95 por ciento de un BMW i3.
Sostenibilidad en un estuche
La primera parada de Rasa Weber y Essi Glomb es un café a orillas del Spree, donde tienen una cita con Christine Arlt y Ulrich Riedel, de la marca Manaomea, con sede en Olching, cerca de Múnich. Ambos empresarios aportan su toque personal al upcycling: fabrican lápices con residuos textiles y agrícolas.
Ulrich Riedel nos explica por qué los lápices de madera no son precisamente productos sostenibles: «la madera debe ser de una calidad excelente y no puede contener ninguna imperfección. Después de todos los trabajos de serrado y fresado, queda tan solo un 20 % del árbol para fabricar los lápices. El resto acaba siendo serrín».
Fabricamos lápices con los residuos textiles sobrantes de la producción de asientos de automóvil.
cofundadora y socia directora de Manaomea
Para la i Collection de BMW Lifestyle, Christine Arlt y Ulrich Riedel han creado un set de escritura a partir de los orillos sobrantes de la fabricación de fundas para asientos de automóvil. Manaomea recibe de BMW estos restos textiles para su diseño de upcycling.
«Fabricamos lápices, por ejemplo, con prendas de ropa viejas», añade Christine Arlt. Lo emocionante de todo esto es el carácter individual que adquieren los productos a través del reciclaje. Si un lápiz ha sido fabricado especialmente para mí con ropa que ya no uso, se establece un vínculo muy personal con el producto».
De algo que ya no sirve nace un nuevo objeto personal – una idea de upcycling realmente visionaria. Christine Arlt describe su diseño alternativo a los artículos desechables: «cuanto más estrecho sea el vínculo personal con un producto, más lo apreciaremos y lo utilizaremos de un modo más sostenible».
Bolsos de diseño a partir de cáscaras de manzana
Siguiente parada: el mercado Arminius, con 127 años de historia, en el distrito berlinés de Moabit, uno de los mercados con más encanto de Alemania. Aquí se reúnen Rasa Weber y Essi Glomb con Hannes Parth, de la empresa Frumat de Tirol del Sur, conocida por su cuero de manzana.
«Al exprimir el zumo de manzana se desechan los residuos sólidos restantes», aclara Hannes Parth. «Es una lástima desperdiciar estos restos de manzana, también conocidos como bagazo». Y es que su rico contenido en celulosa hace que sean ideales para el upcycling.
Es una lástima desperdiciar estos restos de manzana.
director ejecutivo de Frumat
A partir de los restos y cáscaras de manzana, Frumat elabora «Apple Skin», que es el nombre comercial del cuero de manzana. Gracias a su superficie lisa y de gran calidad, esta imitación de cuero es un sustituto ideal de los productos de origen animal o sintético. Esta es adecuada para ropa sostenible, accesorios como bolsos de diseño o también para fabricar papel.
«Tan solo en Europa se queman y destruyen tres mil millones de toneladas de basura cada año», señala Hannes Parth a Rasa Weber y Essi Glomb. «¡Estos materiales se pierden para siempre!» En vista del crecimiento de la población mundial y la disminución de los recursos, el upcyling y la utilización de materiales reciclados se convierten en una necesidad para las empresas.
Por último, Hannes Parth muestra a las dos diseñadoras su mochila, de un bonito estilo minimalista, concebida en colaboración con Frumat para la i Collection de BMW Lifestyle y que se produce en Italia. En ella caben perfectamente un ordenador portátil y una libreta. O incluso un kilo de manzanas recién compradas en el mercado Arminius de Berlín.
Gafas salidas de la impresora 3D
Como suele suceder en Berlín, los visionarios dan vida a sus ideas detrás de fachadas con una larga historia. El estudio de Projekt Samsen, la última tienda de la ruta de Essi Glomb y Rasa Weber, se encuentra en un amplio edificio antiguo del distrito de Schöneberg.
Una máquina sobre una mesa emite un sonido casi imperceptible mientras monta capa a capa lo que más tarde serán unas gafas. Lea Huch, creadora de Projekt Samsen junto a Hans-Christian Veith, nos explica: «con esta pequeña impresora 3D construimos nuestros primeros prototipos. Como material empleamos polvo de poliamida. Un láser de alta potencia lo funde y lo monta capa a capa».
Con la impresión 3D se evitan residuos de producción, así como largas rutas de transporte.
fundadora y directora ejecutiva de Projekt Samsen
«¿Qué tienen de sostenible las gafas fabricadas mediante impresión 3D?», pregunta Rasa Weber. «Por un lado, reutilizamos el polvo sobrante», contesta Lea Huch. «De modo que no se genera prácticamente ningún residuo de producción. Además, con este proceso aditivo ya no se requieren herramientas costosas especialmente diseñadas, ni largas rutas de transporte». Una impresora 3D puede instalarse casi en cualquier lugar donde se vayan a necesitar los productos. Además, al fabricar los productos bajo demanda se acaba con la sobreproducción.
La impresión 3D ha demostrado su eficacia sobre todo en el sector de artículos de lujo, el cual se caracteriza por pequeñas ediciones y artículos personalizados. Los dos modelos de gafas de sol diseñados por Projekt Samsen para la BMW i Collection se adaptan a cualquier cabeza gracias a su estructura flexible. Estos accesorios no requieren ni tornillos ni bisagras, lo que los hace muchos más ligeros que las gafas convencionales. También son muy fáciles de reciclar, al no contener ninguna pieza metálica.
Gracias a la impresión 3D podemos crear gafas muy cómodas de llevar, sostenibles y, además, personalizadas, como explica Lea Huch. «Los clientes pueden personalizar sus gafas en el configurador online al escoger el color y el grabado. Posteriormente, se fabrican las gafas aquí en Berlín completamente mediante impresión 3D».
Revalorizar en lugar de consumir a ciegas
Tras esta electrizante ruta por Berlín, las diseñadoras regresan a su estudio. «Todos los diseñadores que hemos conocido hoy pretenden reducir los residuos y la sobreproducción», concluye Essi Glomb. Rasa Weber está de acuerdo y añade: «nada de consumo irresponsable ni artículos de moda efímeros, sino productos sostenibles con los que los clientes pueden identificarse. Que puedan saber dónde, por quién y cómo han sido producidos. Eso es el futuro».